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16 de julio de 2017

San Lorenzo ganó y es el bicampeón de la Liga Nacional

El equipo de Julio Lamas cumplió su objetivo y el Roberto Pando deliró con el campeonato.

San Lorenzo fue el mejor equipo de la temporada, a un punto tal que su récord 40-16 fue el mejor de la fase regular. Sin embargo la voracidad de su plantel lo hizo redoblar la apuesta y su supremacía aumentó aún más en los playoffs, la etapa más caliente de la Liga. Ganó ocho consecutivos en la actual postemporada que, sumados a los seis de la 2015/16, configuraron el récord histórico de la LNB (14). Pergaminos que lo transforman en gran merecedor del título de campeón, logró que llevó a cabo esta noche tras vencer 94-59 a Regatas en el Juego 5 de las Finales.

Y el último partido de la temporada fue la frutilla del postre de una 2016/17 que será recordaba por un gesto histórico: San Lorenzo volvió a gritar campeón en Boedo, su barrio y lugar de pertenencia, después de 43 años (el equipo de futbol había ganado el Nacional 1974). Lo hizo jugando tal como lo hizo en toda la temporada, desplegando un estilo de juego elevadísimo, siempre con un cambio más que el resto. Estableció una defensa durísima, digna de un equipo campeón. La que siempre lo caracterizó a lo largo de esta campaña.

Marcos Mata es de esos tipos que en las paradas bravas da la cara. En el arranque de este Juego 5 lo volvió a hacer y San Lorenzo arrancó el partido con un triple de su autoría. Esa vía fue la favorita del Ciclón en este primer período, ya que la defensa intensa de Regatas le impedía al local llegar abajo del aro de manera franca o correr. De hecho terminó el 1°C con un 60 por ciento de triples (6/10). Regatas comenzó el partido sabiendo que lo único que valía era ganar, lúcido en ataque y con buena rotación de balón, lo que le permitió a Ramírez Barrios meter dos bombas en fila con cierta comodidad. No obstante su destaque, todos los titulares anotaron, a excepción de Espinoza. Tras cuatro minutos, el dueño de casa ganaba 9-8. En ese momento, un par de jugadas polémicas encendieron a la gente, pero San Lorenzo no podía encontrar la efectividad de cara al aro ni correr la cancha tal como lo hubiera querido. Hasta que se abrió el aro: una racha 7-0 le permitió escaparse 18-10 a los de Lamas. Los últimos minutos del parcial mantuvieron la tónica, algunas equivocaciones por ambos lados y el azulgrana se fue arriba 25-18.

El Ciclón arrancó rejuvenecido por un ingreso letal de Mathias Calfani, con tapa de un lado y triple del otro. Pero Regatas no iba a rendirse tan fácil, eso no estaba en sus planes, y contestó con una bomba de Sims. Tras el triple, los de Piccato empezaron a perder efectividad y San Lorenzo lo aprovechó: cuatro puntos en fila de Sandes lo alejaron 34-23. Sin embargo no pudo sacarle más frutos a ese envión, para establecer una diferencia considerable. Gran mérito para el Remero. Por el otro lado, Regatas fue prolijo, no se desesperó por el marcador y se mantuvo fiel al libreto del entrenador. Estaban 36-27 a falta de dos minutos y esto provocó que Julio Lamas gastara un tiempo. Luego del mismo llegó el triple de Scala y a los correntinos se les consumió la posesión; un volcadón de Meyinsse estiró el parcial a un 5-0. Lo cerró mejor San Lorenzo y se fue 43-29 al entretiempo.

El triple fue el factor determinante en la ventaja de 14 puntos del local: 53.3% (8/15) contra apenas 17.6% (3/17). No obstante, San Lorenzo no pudo dominar en los otros aspectos del juego en los supo sacar diferencias  a lo largo de esta serie. El Ciclón metió 5 puntos de contragolpe y 5 de segunda oportunidad, lo que da la pauta que Regatas estuvo cumpliendo con su premisa primordial. Los goleadores hasta el momento eran Deck (10 puntos) y Sims (7).

Tal como lo había hecho Calfani en el arranque del 2°C, Espinoza fue determinante en la primera defensa y el primer ataque. Luego llegó un triple de Vidal, pero el tiro de tres de San Lorenzo (Safar) volvió a entrar en el momento de la remontada rival y les apaciguó los ánimos. Con esa bomba de Selem comenzó un parcial favorable de 13-0 para el Ciclón, que se fue 61-36 arriba en 6:30 minutos y levantó a toda la gente. Fue un círculo virtuoso y el punto de quiebre definitivo del juego: Regatas se fue del partido y San Lorenzo, volvió a ser ese equipo dominante, entonado por su hinchada y por haberse reencontrado con su mejor versión. Pero Regatas siguió empujando y mostró su cara de entrega y competitividad, esa que lo llevó a ser el protagonista de esta final. Dos triples de Sims y un par de buenas acciones ofensivas lo acercaron a 20 (67-47). Pero el cierre fue exclusivamente para el uruguayo Calfani, que con una volcada terrible anotó el último doble del tercer cuarto: 69-47.

En el último cuarto del partido la historia ya estaba definida, pero la visita no se entregó nunca. El Ciclón se pudo florear y festejar ante su gente desde dentro del campo de juego. En los últimos minutos el clima de campeón ya se olía en el Pando y el partido paso a segundo plano, dejando paso a los festejos y a la ovación de un merecido campeón como lo es San Lorenzo. El resultado final fue y quedará en la historia porque le permitió a San Lorenzo cerrar la serie, consagrarse bicampéon y volver a festejar un título en Boedo tras 43 años.

Pese a todas sus riquezas ofensivas, el equipo de Julio Lamas defendió y se sacrificó como si fuese un equipo pobre, con limitaciones. El rico que se esfuerza como el pobre. Una premisa que ningún equipo cumplió mejor que San Lorenzo. Salud, campeón.

 

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