@27_pabloperalta 

Enviado especial a Mar del Plata 

Boca volvió a encontrarse después de la derrota con River con su peor cara. Con la de la incertidumbre. El Xeneize se volvió “in-feliz” de Mar del Plata.

Luego de una derrota que dejó mucha preocupación, ante el rival de toda la vida, Guillermo Barros Schelotto volvió a encontrarse con un equipo intermitente, luego de buenas actuaciones en este verano, adjudicándose incluso la Copa de Oro disputada en Mar del Plata con San Lorenzo y Estudiantes.

Poco juego asociado, desconexiones permanentes en la última línea y pobre peso ofensivo fue lo que reflejó el equipo del mellizo. Lo mejor que pareció mostrar, por momentos, fue, en el mediocampo, la dupla encargada de la contención entre Sebastián Pérez y Fernando Gago, a pesar de que, en acople a lo mostrado por todo el equipo, el rendimiento de ambos fue de mayor a menor, llegando a su punto más crítico en el segundo tiempo, cuando el Millonario supo inclinar el partido a su favor.

El descontrol de sus futbolistas, como los casos de Ricardo Centurión (quien debió haber sido echado), Insaurralde y Benedetto, con reacciones inadecuadas en las situaciones críticas, también es un tema a ocuparse por parte del cuerpo técnico.

A partir de aquí, desde hoy, cuando el equipo vuelva a entrenarse, el DT comenzará a encauzar el timón para intentar corregir errores que volvieron a ser recurrentes y que al DT lo ponen en estado de alerta. Desde esta problemática, más allá del partido ante Chivas de México, el jueves, Guillermo continuará buscando partidos preparatorios para corregir cosas que, si suceden por los puntos, podrían pagarse caro.