El tema es que el máximo rival de River es el mismo que en la cancha: Boca. El equipo de Guillermo Barros Schelotto, enfocado en conseguir un arquero y un reemplazo para Carlos Tevez, se metió en el medio y debido a su panacea económica -cobrará un dineral por la venta de Carlitos a China- el Xeneize puede ofrecer más por el jugador y con una condición que River no: traérselo recién en junio, debido a que ahora mismo no es su prioridad. Algo similar a lo que pasó con Giovanni Lo Celso, que recién ahora dejó Central, pese a estar vendido hace más de seis meses atrás al PSG de Francia.

Esta propuesta es la que más le cierra al Canalla, porque no desarmaría demasiado el equpo para Paolo Montero. Además, las cosas con River no están de la mejor manera, luego de lo que sucedió con Víctor Salazar (estuvo con la lapicera en la mano para firmar con el Millo) y Marcelo Larrondo

¿Y el jugador?
Montoya, según trascendió, no quiere dejar escapar la posibilidad de disputar la Copa Libertadores. Boca y Central no le dan esa chance, River sí. Además, sabe del interés de Gallardo en él -casi una insistencia- y cree que es el momento de dar el salto a un equipo de más peso que el Canalla. Por eso, presiona para facilitar su salida. Trascendió que le habría pedido a la CD rosarina que acepte la oferta de River.

Desde el club auriazul quieren esa cifra pero limpia para la institución y, de lo contrario, lograr que además el equipo de la Capital Federal el ceda a Camilo Mayada, algo que parece casi imposible. ¿Se dará? Montoya, de a poco, empieza a jugar para River. Sin embargo, Boca ahí agazapado, y la reticencia -lógica- de Central de venderlo en el mercado interno hacen que el pase no aparezca tan sencillo, pese a que sobre la mesa haya una verdadera fortuna para lo que es nuestro golpeado fútbol doméstico. Gallardo, mientras tanto, espera en Estados Unidos por las buenas nuevas.